GUÍA ÉTICA PARA PROFESIONALES EN PSICOLOGÍA
PRESENTACIÓN
El ejercicio de la práctica terapéutica se desarrolla en el imperio de la palabra, se constituye en sus dominios y linderos. El lenguaje es vehículo, mensajero y mensaje, transporta en sí mismo una serie de preceptos que el profesional lleva consigo, ya sean preceptos técnicos, teóricos, éticos, inclusive estéticos. Pero la ética no solo es piedra de toque, es pilar fundamental que atraviesa todos los demás aspectos que nutren cada sesión, en la teoría y la práctica.
El presente documento es, por tal razón, resultado de un Proyecto de Investigación titulado “Estudio para elaborar una Guía Ética para profesionales en Psicología”, concebido como una herramienta de reflexión tanto para estudiantes como para profesionales de este campo, que deben incorporar el análisis ético como un factor adicional en la fórmula hipotética de la práctica posible, en un marco de palabra-acción acotado.
El objetivo primordial es promover un pensamiento crítico, sintético y analítico, en torno a problemas y cuestionamientos éticos que decantan de un ejercicio clínico, mediante la presentación descriptiva de problemáticas relevantes identificadas tras finalizar el proceso de investigación. Dichas problemáticas han sido agrupadas en cuatro ejes de sentido: 1) Técnica, 2) Formación, 3) Promoción y, 4) Función del psicólogo en el mundo contemporáneo.
Cada eje expone un tema, incorpora referentes internacionales, presenta un caso ilustrativo, aportando una serie de preguntas abiertas a la discusión, con la intención de convocar un espacio reflexivo que permita pensar sobre la realidad de la práctica psicológica, en nuestro contexto actual con sus aristas y matices.
La pregunta abierta es metáfora de la práctica, así como de la ética en sí misma, es el canto de una moneda que acompaña cada una de las posibles caras del análisis de un caso, de una historia narrada, de un relato construido por un sujeto de palabra en busca de un bien-estar, de un giro de sentidos, de un cambio de lugar.
Finalmente, la presente guía tendrá una función pedagógica para uso en el aula de clase o metodológica en la antesala de las sesiones y en la comunidad de profesionales, como parte de la formación académica de pregrado de facultades de psicología y en tanto apuntes de revisión periódica para el profesional en su ejercicio. De esta manera, se podrá profundizar en los preceptos que la elección exige como posibilidad de palabra y acción, como actos de palabra, guiados por la responsabilidad de la reflexión actuante.
Juan Redrobán Herrera
Quito, 2020.
1) TÉCNICA
1.1 Tiempo y frecuencia
Autor: Juan Redrobán Herrera
a) Sobre el manejo del tiempo en terapia
Una de las primeras preguntas que les surgen a los pacientes respecto a la psicoterapia, gira en torno a cuánto deben durar las sesiones y cuánto tiempo se prolongará el tratamiento en su totalidad. Muchos pacientes esperan obtener “alivio pronto” a sus sentimientos de pesar o al malestar que les aqueja.
Para la Asociación Americana de Psicología la duración de la psicoterapia depende de varios factores: el tipo de problema o trastorno que padece el paciente; las características propias del paciente y antecedentes de trabajo en terapias pasadas; los objetivos (expectativas) que logre formular el paciente; cuál es el contexto en el cual el paciente viene a terapia, entre otros. A esto se pueden sumar el tipo de corriente, el tratamiento, el método, el encuadre y corriente a la cual adscribe el terapeuta; cada uno de estos factores condicionarán el manejo del tiempo y su despliegue.
Si bien se pueden escuchar afirmaciones de pacientes que refieren haber sentido alivio al cabo de una sola sesión, está claro que esto se encuentra lejos de ser una mejora sostenida o de la solución definitiva de un problema. Aun cuando puede existir un efecto inmediato de una poco entendida y pobremente practicada catarsis (purga de las pasiones), el hablar de su malestar puede ayudarles a conocer, comprender y reconocerse en elementos no antes anoticiados.
Si el problema identificado por el paciente es muy acotado y no de larga data (en general de manera consciente), muchos ya podrán encontrar beneficios después de unas pocas sesiones, refiere la APA. Esto, sin considerar que puedan existir resistencias por parte del paciente, para reconocer niveles más profundos de complejidad, en una problemática determinada, que pudo presentarse como sencilla a primera luz.
Uno de los preceptos orientadores para el manejo del tiempo, podría ser lograr una mayor comprensión de determinados aspectos de la vida del paciente, conseguir una sensación relativamente sostenida de bienestar y un adecuado funcionamiento en los distintos espacios, contextos y relaciones que rigen su cotidianidad. Con este precepto en mente, se ha discutido ampliamente respecto a la diferencia entre un tiempo cronológico y un tiempo lógico que rija el proceso terapéutico.
En tal sentido, el tiempo cronológico sería aquel contabilizado en minutos, horas, número de sesiones o períodos mayores, muchas veces fijados por un estándar externo y condicionados por una oferta del mercado de prestadores de servicios. Por otra parte, el tiempo lógico sería aqu...